miércoles, 9 de octubre de 2013

Como se ven, como les ven... como son.


A Gerardo Martino le acusan de no conocer el fútbol europeo y de no tener ni idea de donde se ha metido.

Más allá de estériles debates sobre el concepto, sobre el estilo, el hecho de si el 'Tata' conocía o no el fútbol europeo se antoja poco relevante ante los buenos resultados cosechados en su arranque como director técnico blaugrana.

El 'Tata', además, vio aparecer la oportunidad de su vida de forma inesperada y probablemente no se preocupó demasiado en indagar la dimensión real de su nueva posición. Probablemente eso sea cierto. 

Pero Martino aprende rápido y se ha encargado de demostrar que ya conoce el terreno que pisa. Sabe que la crisis social es consustancial a su nuevo club y que las campañas orquestadas contra su nuevo club son consustanciales al aparato mediático madridista.

Hablar del fichaje de Bale le valió ser hipócritamente vapuleado desde Madrid. Acusar a la prensa deportiva española le ha valido ser atacado en masa por un colectivo exageradamente corporativista. 

Ese ataque de la "prensa deportiva" ha servido, sin embargo, para que algún peso pesado de la caverna haya tenido que mirarse en un espejo que su propia realidad virtual se había encargado de esconder bajo montañas de cinismo y maniqueísmo exacerbado.

Después de que con la inestimable colaboración del "prestigioso" Siro López, Paco García Caridad se rasgase las vestiduras en Punto Pelota por la "caradura" de un profesional que se extrañaba de que en España campase a sus anchas el "periodismo con camiseta" cuando en Argentina, como en el resto del mundo, la prensa deportiva es, como mínimo, tan dañina como aquí, Caridad quiso trasladar el debate a su programa radiofónico, solicitando la colaboración de un periodista argentino que desnudase la doble moral de Martino.

Paco García Caridad, "experto" en prensa deportiva argentina, quiso hacer unas risas a con un conocido mourinhista porteño, Juan Carlos 'Toti' Pasman, a costa del nuevo entrenador del F.C. Barcelona.

Lástima que el tiro le saliese por la culata.


'Toti' Pasman, lejos de alinearse con la doctrina cavernaria de García Caridad, se permitió el lujo de defender que lo normal, lo que pasa, por ejemplo en Argentina, es que más allá de debates locales, los grandes medios nacionales mantienen, en lo posible, aquella objetividad inherente al periodismo que aún se intenta inculcar en las facultades. En definitiva, Pasman llamó hipócrita a Caridad.

Un contrariado Paco García Caridad dejó entonces ir perlas cultivadas del calibre de "el espacio que se le dedica a un equipo o a otro no significa tendencia" (no, los medios españoles de difusión estatal no tienen tendencia... y mi abuela era Santa Teresa de Jesús), "ser del Real Madrid -un periodista- es un pecado mortal pero se mira con muy buenos ojos ser del Barcelona... si dices que eres de un equipo menor, eso pasa inadvertido" (¿el Barça un equipo menor?), o que "aquel que confiesa de qué equipo es, una vez que lo ha confesado... va a ser mucho más duro para que se note el efecto contrario, es decir, que provoca un ejercicio de autocensura" (que se lo digan a Tomás Roncero, a Siro López, a Juanma Rodríguez...).

Pero más allá de debates estériles, lo que realmente sucedió una tarde del mes de octubre en Radio Marca es que la caverna mostró como se ve a sí misma, un periodista argentino tuvo que explicar como la ven los demás... y los oyentes volvieron a oír, a ver una vez más, la cara más real de esa caverna.



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