jueves, 26 de septiembre de 2013

La culpa fue del Cha-cha-chá...


A ver... ¡qué no os embauquen! Un árbitro puede equivocarse en la apreciación de una falta, y si el lanzamiento de esa falta se convierte en gol, pues mala suerte para el perjudicado. Un árbitro tiene la potestad para alargar el descuento si considera que uno de los equipos ha perdido tiempo deliberadamente, y si entonces alguien se cae en el área y el árbitro pita penalti porqué es humano, se puede equivocar y en realidad estaba distraído con el peinado del guapo del partido, pues más mala suerte para el sobreperjudicado.

Fútbol es fútbol, hay que ir partido a partido, el Míster hace lo mejor para el equipo y Cristiano salta más que nadie. A partir de ahí... los árbitros te dan y te quitan y esto es muy largo. Arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

Lo que sabe mal es que si la apreciación de una falta dudosa supone anular un gol al Sevilla, alargar siete segundos un descuento supone un gol del Barça y... y nada más, estamos ante el árbitro de cabecera del villarato y ante la muestra palpable de que la competición en España (bueno, en España y en el mundo mundial) está adulterada. Que ese árbitro no expulse a un jugador del Sevilla en ese mismo partido entra en la categoría de error de apreciación y no en la de escándalo vergonzante. Por supuesto. 

Pues si, eso sabe mal. Pero lo que a algunos nos sabe peor es que errores similares (dejémoslo así) en un partido que se juega, pongamos que en Elche, arbitrado por... por ejemplo por el árbitro de cabecera del villarato, pero con otros contendientes, se expliquen (se expliquen porque no hay Dios que aquí se salte una explicación) en base a los errores de de otro día, en otro sitio, con otros participantes. El tú más y todo eso.

Lo de Elche es un escándalo mayúsculo, pero la culpa no es del Madrid, la culpa es del Barça que se atrevió a culminar en gol la última jugada de un partido que le dio por ganar. La culpa fue del Cha-cha-chá.

Eso si, cuando un árbitro vuelva a anular un gol a un equipo que juegue contra el Barça el contador habrá vuelto a ponerse a cero y de Elche ya no se acordará ni Muñíz Fernández. La Liga volverá a estar adulterada y tal y cual, y tendremos coartada para que un jugador vestido de blanco tropiece en el área, le pise la mano a un contrario o se ponga a jugar a balonmano, porque entonces los árbitros volverán a ser malos... sin más, sin contubernios.

Y mientras tanto, la prensa afín ya va preparando el Trofeo Twitter al jugador más afín a la prensa afín... por que, ya se sabe, en los tiempos que corren hay equipos que no están para despreciar ningún título.

¡Al loro!

martes, 24 de septiembre de 2013

Disfrutemos, collons!


¿Qué es mejor, un 0-4 o un 4-1?

Lo mejor, como diría un señor muy mayor al que el director de As se empeña en otorgar la paternidad del concepto futbolístico de este Barça (?), es ganar, ganar y ganar.

Los culés hemos tenido la suerte de ganar, ganar y ganar jugando, además, de puta madre. Así, tal cual... de putísima madre.

Discutir sobre si es mejor la exquisitez de un juego-control sólo al alcance de una generación eterna que desgraciadamente no se eternizará, o el pragmatismo de un juego-resultadista al alcance de muchos pero optimizado por algunos menos, es discutir sobre las partes pudendas de seres celestiales. No nos lleva a nada.

Lo mejor es poder jugar como en Vallecas cuando sea necesario y volver tres años atrás tantas veces como sea posible. 

Pep, el mejor entrenador que nunca tendremos, también las pasó putas en El Sadar (¿Reyno de Navarra?) apabullando en posesión. Y Pep también le metió seis al Real Madrid en el Bernabéu con un juego directo y sin demasiadas milongas.

Yo, pobre de mi, reconozco al Barça de Vallecas y al Barça que ha ganado al Levante o a la Real Sociedad. A mí, pobre de yo, me fastidia y me preocupa el Barça que jugó contra el Sevilla o contra el Ajax.

Pero a mí me encanta un Barça capaz de competir con garantías en cualquier ámbito.

Si llegamos a ser capaces de defender un corner, ya será la hostia.

Dejemos trabajar al Tata... y disfrutemos, collons!


Al culé le va la marcha...


La oscura conciencia de la caverna mediática siempre ha encontrado un bálsamo tranquilizante en su espejo de la "caverna catalana". Cualquier exceso, cualquier sinvergonzoneria flagrante se ha venido respondiendo con un invariable "y tú más" a los de la trinchera de enfrente.

Es evidente que el nivel del periodismo deportivo de Barcelona es tan deplorable (o casi) como el de Madrid, pero no parece justo comparar altavoces.

Que TV3 va más allá del barcelonismo estrictamente necesario que debería exigirse a un medio público no es ni siquiera discutible. Los índices de audiencia en Catalunya no ofrecen discusión, y la cadena autonómica se alinea con la práctica totalidad de los medios privados catalanes en pos de satisfacer a una culerada abrumadoramente mayoritaria. La víctima del sistema es seguramente el RCDE Español. ¿Justo? Probablemente no, pero lo que pasa en Catalunya no difiere demasiado de lo que pasa con los medios locales madrileños... o valencianos, o aragoneses, o de donde sea. Todo por la audiencia.

Al barcelonismo le gustará más bien poco el libro de estilo de Telemadrid, pero nadie en Barcelona pide objetividad a la cadena autonómica madrileña... y mucho menos a los medios privados locales de Madrid.

La anomalía es la de los medios de ámbito estatal, públicos o privados, ubicados en Madrid, formados por periodistas de Madrid y tradicionalmente dirigidos a una audiencia "nacional", antes mayoritariamente madridista. Antes.  Esos medios han sido incapaces de gestionar una nueva situación en la que la audiencia ha cambiado, trasladando sus simpatías hacía un Barça mejor considerado en el conjunto de España que un Madrid más antipático y retrogrado.

La explosión del mejor Barça de la historia ha pillado con el paso cambiado a una casta ultramontana de periodistas afines al nacionalmadridismo (y a sus herederos), que comenzaron por tomarse el nuevo orden a pitorreo y que han acabado difamando para sobrevivir.

Esa supuesta vocación nacional "obligaba" a muchos medios a no admitir abiertamente un madridismo que, sin embargo, al ser incapaces de disimular, daban por sobreentendido.

Ese statu quo ha convenido, en mayor o menor medida, a casi todo el mundo. La audiencia barcelonista, habituada a ser históricamente maltratada por esa prensa deportiva (y no deportiva) "nacional", no ha modificado su consumo mediático. Para los madridistas todo ha seguido más o menos igual.

Además, el barcelonismo que vive en Catalunya cuenta con vías de escape informativas incondicionalmente blaugranas, con un modus operandi muy similar al de la caverna mediática mesetaria. La gran perjudicada es esa culerada no catalana, dejada de la mano de Dios y prisionera de un panorama mediático "tradicional".

En este escenario, el verdadero problema para los medios del Real Madrid ha llegado con la tozuda persistencia del Barça en seguir ganando, persistencia que ha acabado por poner definitivamente de los nervios a un madridismo para nada acostumbrado a soportar ingerencias periféricas.

El madridismo consumidor de información deportiva no incorpora ese aguante de una audiencia barcelonista habituada a jugar en campo contrario, y las primeras voces de cabreo blanco han encendido las luces de alarma en una caverna que, paradojas de la vida, parecía (sólo parecía) no ser tan salvajemente madridista como le exigían las bases merengonas (increíble pero cierto).

La pantomima mediática de un madridismo sobreentendido pero no declarado parece no ser ya suficiente, y aquellos que antes no se molestaban en disimular sus filias y sus fobias, están ahora obligados, además, a declarar abiertamente su inquebrantable fidelidad a un merengoneo impúdico y abiertamente obsceno. Ahora se presume directamente de falta de objetividad.

Y es así como en una España que se declara más simpatizante del Barça que del Real Madrid toca aguantar retransmisiones, informativos, tertulias y demás espacios pseudoperiodisticos bochornosamente parciales.

Que le vamos a hacer... al culé le va la marcha.













jueves, 19 de septiembre de 2013

"Un poquito de humor".


Nada nuevo en el late night cavernario.

El Barça gana 4-0 al Ajax y la noticia es la pésima primera parte de los blaugrana. Messi establece un nuevo récord de hat-tricks en Champions y la noticia es lo mal que se llevará con Neymar. Neymar juega un buen partido y la noticia es lo malo que es... pero lo bueno que sería si no estuviese Messi. Le hacen un penalti a Neymar y la noticia es que está muy delgado. Valdés para un penalti y la noticia es que se mueve antes.

Pero claro, el Barça ganará la Liga y será gracias a Villar. El Barça ganará la Champions y será gracias a Platini. Messi ganará el Balón de Oro y será gracias al contubernio judeo-masónico que persigue al indefenso Cristiano Ronaldo. Lo de siempre. 

La caverna ha estado muy satisfecha siempre de su estrategia. Ahora, además, se regocija en su desvergüenza.

Si. Un medio privado tiene libertad para enfocar sus contenidos según la línea editorial que considere más oportuna. Pero es, como mínimo, bastante indecente pretender vivir de crear polémicas artificiales basadas en la mentira y la mala baba.

Y además es muy lamentable saber que se le están buscando las vueltas al mejor jugador del mundo y decir que es "un poquito de humor" (Josep Pedrerol dixit).

De periodismo ya ni hablamos.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Histeria.


Hubo una época en la que pasearse por Europa era fácil y presumir de señorío aún más. La caspa nos invadía y el puntopeloteo se administraba vía NO-DO.

La milonga del señorío se convirtió en un soniquete y algunos incluso se lo creyeron.

El problema llegó cuando unos de ahí arriba decidieron que lo que se lleva en el siglo XXI son los valores y a más de uno comenzó a patinarle la neurona.

Las bromitas, si duran poco, cargan pero se soportan. Si se alargan en el tiempo, joden... y mucho. Y los valores ya duran demasiado para más de un habitante de la caverna.

Ni señorío ni valores. Lo que realmente pasa en el fútbol español es que la histeria se ha desatado entre la prensa afín a esos que, siempre, han dado por descontado el apoyo generalizado y continuo de todos los estamentos.

Cuando ese apoyo ha dejado de ser insultante para ser simplemente evidente, la estrategia se ha convertido en intentar por todos los medios al alcance (por lo civil o por lo criminal, que decía aquel), demostrar que el históricamente beneficiado es una víctima mientras que al otro se le beneficia constante e inexorablemente... y además, de forma escandalosa. 

Se ha llegado a un punto en el que la fustración por ver como se te escapa un partido en el último suspiro se convierte en el robo del siglo, con la ventaja para la causa de que un gol anulado en Barcelona, explica el patético partido del equipo más caro de la historia en Villarreal. El señorío ahora es histeria.

Cuatro jornadas, dos puntos de ventaja... y la bilis inunda la meseta.

Nada nuevo bajo el sol. Nos vamos a divertir (Pep te añoramos).

viernes, 13 de septiembre de 2013

Johan... que gane el mejor.


Si yo hubiese nacido en Amsterdam, me hubiese criado en el Ajax y hubiese defendido sus colores durante doce temporadas en dos etapas distintas, podéis apostar a que mi corazoncito estaría siempre con los ajaccied. Sin duda.

Pero si el mundo del fútbol me considerase un símbolo del F.C. Barcelona, si cualquiera que tuviese un mínimo criterio futbolístico me adjudicase la paternidad del "concepto" de la excelencia blaugrana y si el Barça fuese parte consustancial de mi leyenda, me cuidaría muy mucho de lanzar mensajes que pudiesen generar confusión entre el barcelonismo.

Parece lógico que Johan se decante por su Ajax en un enfrentamiento en Champions contra su Barça. Por supuesto. Pero parece aún más evidente que un monstruo futbolístico de su magnitud, al que nada le puede pillar por sorpresa y que tiene las criadillas lirondas de obsequiar con proclamas ideológicas al mundo, es capaz de responder de forma políticamente más correcta.

El cruyffismo irredento alegará, posiblemente con razón, que la sinceridad descarnada es una virtud propia de genios y que la actual directiva no se merece otra cosa. Puede que si.

Pero es precisamente el cariz que está tomando su enfrentamiento con Sandro Rosell lo que contribuye notablemente a agrandar la otra leyenda de Cruyff... la de que no mueve un dedo si no es cobrando.

Hablamos de negocios. Si. Hablamos de profesionales. Evidentemente. Pero siempre he echado en falta una actitud algo más generosa por parte de elementos que han conseguido elevarse por encima del común de los mortales desenvolviéndose en un negocio que, no lo olvidemos, se nutre fundamentalmente de los sentimientos de esa (aquí si) mayoría silenciosa.

Y por cierto, en el Barça-Ajax, que gane el mejor. Que gane el Barça.


lunes, 9 de septiembre de 2013

Vomitar para vivir.


"Captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades".

Si nos atenemos a la definición que da la RAE sobre periodismo, y nos creemos que periodista es aquella "persona profesionalmente dedicada en un periódico o en un medio audiovisual a tareas literarias o gráficas de información o de creación de opinión", tendremos que aceptar que la mayoría de los personajes que perpetran su actividad en cualquiera de los medios que conforman la central lechera son, en mayor o menor medida, "periodistas".

Pese a todo, me niego a dejar de creer que otro periodismo es posible y que, aunque sus altavoces nos invadan tan obscenamente, los personajes del late night cavernario no pasan de caricatura al servicio de la voz de su amo.

Porque si la "creación de opinión" es parte consustancial de la práctica periodística, lo mínimo que se puede pedir al que "crea opinión" es que mantenga un criterio homogéneo y que, a ser posible, no se permita la desfachatez de cambiar radicalmente esa opinión según sople el viento.   

Así, si el 26 de agosto Tomás Roncero llama demagogo, ventajista y boludo (boludo, el que dice boludeces) a Gerardo Martino por considerar que gastarse 100 millones en un jugador "son una falta de respeto en el mundo actual" (más allá de lo que haga tu propio club), resulta ciertamente extraño que apenas dos semanas después, el 9 de septiembre, un tío que es redactor jefe de un diario de tirada nacional, afirme que Zinedine Zidane "dice lo que en el fondo todos pensamos" cuando el segundo entrenador del Real Madrid se deja ir con que "ningún jugador vale eso... uno no lo puede entender. Es incomprensible con todo lo que pasa hoy en día" (aunque lo haga tu propio club).


Ya sabíamos que muchos periodistas están convencidos de que el público al que se dirigen es básicamente retrasado. Lamentablemente, hace tiempo que también podemos constatar que lo realmente importante para ellos es mantener su puesto de trabajo a base de esparcir bazofia sin criterio ni mesura.

Lo que importa es ultrajar al rival, diga lo que diga, haga lo que haga, con tal de mantener excitada a la audiencia.

Y si no, no hay más que ver el lamentable tratamiento que desde Madrid, la ciudad no organizadora de los Juegos Olímpicos de 2020, se le da a un Lionel Messi que, diga lo que diga, haga lo que haga, es lo peor de lo peor... para ellos, claro.


¡Viva el rigor!

NOTA: A Tomás Roncero joroba mucho considerarlo periodista. Con Alberto Cuéllar no es necesario perder el tiempo. Fotógrafo y gracias.