martes, 22 de noviembre de 2011

La paradoja que no cesa.

¿Fue mano? 

Es totalmente irrelevante. Fue penalty, y el árbitro no lo vio. ¿Y qué? Eso es el fútbol.
Lo realmente paradójico es ver como los que rebuscan en cualquier jugada, sea fundamental o intrascendente, controvertida o inocua, real o manipulada, con el único objetivo de mantener una teoría conspiranoide que ni ellos mismos han llegado a creerse jamás, pero con la que, a base de repetir, de insistir, de hostigar, han conseguido calar en una masa enfurecida y enfervorecida, tienen las tremenda desfachatez, ya no sólo de ignorar, de negar la polémica, sino de criticar a los que les echan en cara su silencio impostor.

La prensa valenciana tiene todo el derecho de indignarse ante aquellos que pretenden ningunear al periférico. La prensa de Barcelona se equivoca en entrar en el juego cavernario.

Sabemos que, cuando el próximo 10 de diciembre el de siempre entre con los dos pies por delante, esos que hoy no quieren admitir polémicas hablarán de teatro del bueno. Sabemos que si el mejor jugador del mundo le pilla la espalda a cualquier central reumático, o al intelectual de la cinta, los palmeros del Ser Superior buscarán el fuera de juego a cualquier precio. Sabemos que, si el árbitro se ve obligado a expulsar a un leñador del área vestido de blanco, el llorón especial se preguntará amargamente ¿por qué?

No importa. Lo grave, lo realmente imperdonable será que algún canterano mundialista tenga la osadía de celebrar un triunfo en la trinchera enemiga, por que eso sólo está al alcance de los elegidos por el régimen.
Si alguien se cree tan importante como para que los demás se sientan halagados por su menosprecio, ¡que tire millas! Si unos cuantos próceres mediáticos se creen capacitados para tratar de tontolabas a los lectores, los suyos y los no suyos, ¡que aprovechen el momento! Si toda una afición está convencida de que todo vale para alcanzar los objetivos señalados por un dedo infalible, ¡que sigan tragando! 

La historia dejará con el culo al aire a más de uno, y mucho antes de lo que algunos escribidores alineados desearían. 

4 comentarios:

  1. Javier, buen artículo. De algo parecido hablo yo en mi artículo nuevo, menciono lo de la celebración y el doble rasero. Un abrazo

    http://yonoselachupoacr7.blogspot.com/2011/11/serrat-contribuye-al-futbol.html

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  2. no creo que ninguno de ls dos grandes tenga motivos de queja con los arbitros, el futbol es diversión y compartir con los que quieres. creo que la polemica es un accesorio innecesario. Carlos Mira

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  3. Exacto , ninguno de los llamados "grandes" de la liga BBVa puede quejarse de los árbitros

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  4. En algunos artículos y comentarios siempre he dicho que lo más lógico es que los dos grandes sean siempre los más beneficiados y los más perjudicados también porque son los que más ocasiones de gol crean y por tanto mayor probabilidad de error existe. Si mi Celta (pobrecito lo que les queda en segunda, Dios!!!) crea dos ocasiones de gol y el árbitro no se confunde en ninguna, estará contento con el arbitraje. Si juega contra el Barça y tiene sólo 2 ocasiones será porque el Barça posiblemente haya tenido 26, ¿existe la misma probabilidad de equivocarse en 2 jugadas que en 26? Obviamente no. He ahí la diferencia.

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