miércoles, 22 de junio de 2011

Le devolvemos su dinero.





POR LA ESCUADRA
Enric Bañeres. 
La Vanguardia, 
22 de junio de 2011.



Oyes a Javier Faus, vicepresidente económico del Barcelona, y te parece estar escuchando todavía a Xavier Sala i Martín, su predecesor en el cargo: “Tenemos que pagar 47 millones en primas, por los éxitos conseguidos”. Es decir, el éxito te hace más pobre o, dicho de otro modo, cuanto más ganas, más pierdes. ¿Más pobre, he dicho? Tal vez sería mejor decir menos independiente, pues hasta el mismísimo Barça no ha podido resistir a la necesidad de buscar el auxilio del capital árabe, como tantos y tantos otros clubs. Es preciso aclarar que dichas primas estratosféricas están contempladas en los contratos de los futbolistas, que establecen una escala en función de variables, como títulos conseguidos. La cantidad alcanza hoy, como hace tres años, el montante de los 47 millones de euros, y estremece la suposición del límite al que se habría disparado esa cifra si el equipo de Pep Guardiola hubiera firmado este año otro triplete, como hace dos años. Me parece obscena esa exhibición de millones en las circunstancias por las que atraviesa nuestra realidad social. Y lo digo asumiendo el riesgo de ser tachado de demagogo.

Ítem más, en el baile de cifras que cuenta con la alegre coreografía de los medios de comunicación, también me escandaliza la presión que ejercemos sobre la directiva de Sandro Rosell –como sobre las anteriores– para que haga determinados fichajes. ¿Pagar 40 millones por recuperar a Cesc Fàbregas? Los reticentes al fichaje suelen argumentar que este futbolista ya era del Barça, a coste cero, y que soltar ahora un euro para recuperarlo es un despilfarro. Otros consideran que entre el Cesc adolescente que se fue y el que ahora pretendemos recuperar, existen unas plusvalías que no corresponden a la formación que le dio el Barça sino a la revalorización internacional que ha adquirido en el club londinense. O sea: hay que negociar. Pero, llegados a este punto, hay que dejar a un lado los sentimientos e ir a lo práctico. ¿O no es eso lo que hizo el propio futbolista, sin duda aconsejado por su entorno profesional y familiar, cuando hace un par de años renovó contrato con el Arsenal? Cesc no ha cesado de repetir que su deseo era volver al Barça y, sin embargo, renovó contrato casi de por vida con el Arsenal, el club que le había sacado del anonimato hasta situarlo en el primer plano internacional.


En cualquier caso todo parece indicar que Cesc, por fin, volverá a ser jugador del Barça y el suyo no es un caso excepcional sino rutinario pues otros jugadores del Arsenal, como Petit, Overmars, Sylvinho, Van Bronckhorst, Henry y Hleb, fueron transferidos del club antes de Highbury y hoy de los Emiratos, al de Arístides Maillol. Hay quien dice que si el Barça recupera a base de soltar la mosca un jugador que se formó en la Masia está lanzando un mensaje envenenado a los muchachos de la propia cantera. Una impresión negativa consiste en creer que los de fuera –aun tratándose de un viaje de ida y vuelta– pueden ser mejor valorados que los de dentro. Por otra parte, viéndole con una ironía positiva, los chicos deben entender que la marcha de Cesc del Arsenal, crea una vacante en el equipo de los gunners, habituado a pescar en la cantera azulgrana.


En ese trasiego ya clásico con el Arsenal, el Barça lleva desembolsados cerca de 100 millones de euros. Y, como una gran parte de esa cifra ha sido dinero tirado, uno no puede por menos de sugerir que entre los grandes clubs europeos se instaure un acuerdo semejante al que tiene El Corte Inglés con sus clientes: “Si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”. A mí me sale que por anteriores fichajes defectuosos el Arsenal debería devolver al Barça dinero suficiente como para recuperar a Cesc Fàbregas y todavía le quedaría un dinerillo a su favor.

1 comentario:

  1. Quiero felicitarte por este gran blog, ya que expresa lo que muchos pensamos sobre el Barça, el mundo del futbol y lo que no es futbol (lo digo por casi todo lo relacinado con la caverna). Sobre el tema de las primas mi opinión es que deberían estar prohibidas, ya que me parece escandaloso pensar que un jugador sólo quiera ganar si hay primas de por medio. Cuando se les paga una nómina se sobreentiende que se les paga por intentar ganar y no sólo por jugar.

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