miércoles, 6 de abril de 2011

Un tema muy serio.

Esta noche el Real Madrid le acaba de meter cuatro al Tottenham Hotspurs en la ida de los cuartos de final de la Champions.

Así pues, vamos a tratar temas más serios.

Parece comprensible que las multinacionales que equipan a los mejores equipos del mundo, utilicen a los mismos como potentísimos escaparates de sus productos y que utilicen la enorme inversión llevada a cabo con cada uno de ellos para imponer sus diseños en la camiseta que cada equipo lucirá durante la temporada.

Es decir, como yo pago, tú te pones la camiseta que a mí me parezca. Parece lógico, pero en cada contrato entre club y marca existen una serie de clausulas específicas. En la mayoría de ellos, por ejemplo, se estipulan los colores que obligatoriamente deberá lucir el equipo en su primera equipación.

O sea, que el Barça debería ir siempre de blaugrana, el Madrid de blanco o el Betis de verdiblanco.

Respetando esa premisa, más de una vez se han rebasado los límites de la tradición, y se han perpetrado camisetas de auténtico escándalo.

Un ejemplo muy ilustrativo sería la camiseta "ketchup", que el Athletic Club de Bilbao encargó en el año 2004 al diseñador vasco Darío Urzay, coincidiendo con el regreso del club bilbaino a las competiciones europeas después de muchos años. Esta equipación creó gran polémica en el entorno rojiblanco, por su diseño excesivamente atrevido, sin embargo, llegó a ser estrenada en un partido amistoso de pretemporada.

Poco después y al ver las duras quejas recibidas por parte de la afición rojiblanca, que tachaba al diseño de ser "poco serio" y "rozar el ridículo", el presidente del club Fernando Lamikiz tomó la decisión de que dicha equipación no volviese a ser utilizada nunca más por el equipo, retirando la prenda de las tiendas oficiales del club. Esto sentó mal a Darío Urzay, quien mostró su indignación públicamente y suspendió la cesión de los derechos de explotación de su obra. Poco después, la camiseta fue incluida entre las 20 mas feas de la historia por la web deportiva "Bleacher Report".

Sin embargo, no parece tan fácil que un club pueda tomar decisiones similares con según que diseños de grandes multinacionales de prendas deportivas, y pese a que han de dar el visto bueno, y normalmente decidir entre más de un diseño, finalmente deben apechugar una temporada entera con uniformes que atentan, además de contra el buen gusto, contra la historia y la tradición de instituciones centenarias.

El F.C. Barcelona es un buen ejemplo, y desde que en la temporada 1998-99 iniciase su relación con la estadounidense Nike, ha alternado diseños muy atractivos con auténticas aberraciones, entre las que destaca el sacrilegio de los pantalones granates en la temporada 2005-06 así como en la actual, 2010-11.


Anteriormente, con Kappa, también pudimos sufrir algunos diseños realmente horteras, entre los que destaca el engendro de equipación para partidos de Champions en la temporada 1997-98 (la camiseta era fea, pero los pantalones eran absolutamente indignos).

Quim Monzó hacía referencia en su artículo del pasado sábado 2 de abril en La Vanguardia,"Esperando la buena noticia", a lo que sería la revolucionaria vuelta a los orígenes del Barça introduciendo los pantalones blancos.

Viene esto a cuenta porque Nike amenaza con una horrorosa camiseta para la próxima temporada. Este diseño habría sido aprobada por la anterior junta directiva a finales de la pasada temporada, y corroborado por los actuales dirigentes, con la incorporación del nuevo sponsor, Qatar Foundation.

Parece que sería un buen momento para que el club pudiese reforzar su capacidad de decisión en un tema que, si bien puede parecer menor, amarga temporadas enteras a aficionados con inquietudes más o menos estéticas, y propicia el cachondeo de rivales más o menos directos.

No es descabellada la propuesta de Monzó. Además de estética, elegante y rompedora, la introducción de los pantalones blancos supondría un homenaje a los orígenes del club y rompería con un tabú que es mucho más reciente de lo que muchos puedan pensar o recordar (las secciones lucieron pantalones blancos hasta la llegada de Núñez a la presidencia, en 1978).     

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