domingo, 3 de abril de 2011

Qué vaya preparándose Benítez.

Hace media hora que ha acabado el Villarreal-Barça. 


Hubiese querido escribir todo esto mañana por la tarde, por que ahora mismo, en caliente, podría parecer que la euforia distorsiona una realidad que, pese a todo, es absolutamente incontestable.

Pero como llevo ya varios días pensando, y escribiendo lo mismo, no puedo resistirme a pronosticar que, esta noche, el Barça no solo ha ganado la Liga, sino que ha hundido en la miseria a su máximo rival en las otras dos competiciones: Copa y Champions. Traducido: triplete al canto.

A ocho puntos, más el goalaverage, más el calendario del Madrid, más el golpe moral (ganando en el campo del segundo mejor equipo de la liga con más de dos y de tres suplentes), al Barça solo le queda saber gestionar la ventaja moral que ahora tiene para hacerse con los tres títulos.

Si Mourinho se decide a escenificar su renuncia a la liga y pierde en Bilbao, Pep no puede caer en la trampa e ir a desgastarse al Bernabéu.

El Barça lleva dos temporadas seguidas ganando al Madrid en casa y, probablemente, tendrá que jugar cuatro partidos contra los blancos en menos de un mes. Estadísticamente, es muy difícil ganarle tanto y tan seguido al Madrid.

Como queda claro que el menos importante de estos partidos es el de liga en Concha Espina, la mejor forma de amedentrar a los de Mourinho es irles a jugar con un equipo con Bojan, Thiago, Jonathan Dos Santos, Nolito o Fontás (e incluso el juvenil Deulofeu). Perdiendo, el Barça se mantendría aún a una distancia más que considerable a seis partidos del final, y ganando...

Ganando en el Bernabéu con los chavales del filial, prefiero no pensar en lo que pasaría.

Lo único que me ha fotut es que Mourinho no ha querido que el Barça le rompiese su récord de imbatibilidad en casa.

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